Ciberseguridad: un desafío impostergable
Por: Yelina Pérez Sánchez
Especial para la Revista Viento y Marea
de la Autoridad Marítima de Panamá
A medida que la tecnología avanza, los ciberataques se vuelven más
frecuentes y sofisticados. Con la expansión del Internet de las Cosas (IoT) y
la generación masiva de datos sensibles a diario, individuos, empresas y
gobiernos son más vulnerables que nunca. El impacto puede ser devastador,
interrumpiendo operaciones, agotando recursos financieros y dañando
reputaciones.
Desde estafas de phishing
(suplantación de identidad digital) y ransomware
(secuestro de datos condicionado al pago de un rescate) hasta amenazas
avanzadas como los Ataques Persistentes Avanzados (APTs), el cibercrimen ha
pasado de ser una molestia menor a un riesgo global significativo. Las
organizaciones ya no pueden permitirse esperar y reaccionar; en su lugar, deben
anticipar amenazas e implementar estrategias para minimizar el daño potencial.
Defendiendo
nuestra data
Una estrategia de ciberseguridad efectiva no se limita a instalar software (programa informático) de
seguridad. Se trata de crear múltiples capas de defensa, combinando tecnología
de vanguardia, conciencia del personal y protocolos de respuesta bien
definidos. Herramientas como firewalls (barreras
de protección), sistemas de detección de intrusos, autenticación de dos
factores y soluciones de seguridad en la nube son fundamentales. Sin embargo,
sin capacitación continua y planes de respuesta a incidentes bien
estructurados, incluso la mejor tecnología puede fallar.
Pero la ciberseguridad no es solo un problema técnico, sino también humano.
Los empleados desempeñan un papel crucial en la protección de los activos
digitales, y un solo error—como hacer clic en un enlace sospechoso o utilizar una contraseña
débil—puede abrir la puerta a los atacantes.
Francisco Trujillo, jefe de la Oficina de TI (Tecnología Informático) de la
Autoridad Marítima de Panamá (AMP), advierte sobre las consecuencias: "Las
amenazas cibernéticas van desde la sabotaje de sistemas críticos hasta el robo
de datos sensibles. Estos ataques no solo ponen en riesgo las operaciones
marítimas y la seguridad de la carga, sino que también pueden causar desastres
ambientales y poner en peligro a tripulaciones enteras."
El eslabón más débil
A pesar de los avances en seguridad, el error humano sigue siendo una de las
mayores vulnerabilidades. Cada persona con acceso a la red de una empresa
representa un posible punto de entrada para los ciberdelincuentes.
Para mitigar estos riesgos, Trujillo destaca la importancia de adoptar
normas internacionales de ciberseguridad, como ISO 27001 (gestión de seguridad
de la información), ISO 22301 (continuidad del negocio) y el Marco de
Ciberseguridad del NIST (Instituto Nacional de Estándares y Tecnología de los
Estados Unidos, por sus siglas en inglés).
No priorizar la ciberseguridad puede tener consecuencias financieras
catastróficas. Una sola filtración de datos puede interrumpir operaciones,
erosionar la confianza de los clientes e incluso afectar el valor de una
empresa en la bolsa. En los peores casos, las pérdidas pueden ascender a
millones—o incluso miles de millones—de dólares.
Uno de los ejemplos más impactantes es el ataque de ransomware NotPetya en 2017, que afectó a más de 2,000
organizaciones a nivel mundial. Este ciberataque, diseñado para encriptar y
bloquear los sistemas de las víctimas, causó daños estimados en 10,000 millones
de dólares, con importantes corporaciones multinacionales entre los afectados. “Este
ataque demostró que incluso las empresas más consolidadas no están exentas de
riesgos”, advierte Trujillo.
Responsabilidad
de todos
La defensa contra el cibercrimen va más allá de la tecnología: requiere
cooperación entre gobiernos, empresas y organismos reguladores.
Sergio De León, gerente de Ciberseguridad de la Autoridad del Canal de
Panamá (ACP), resalta la necesidad de implementar una estrategia de
ciberseguridad 360° y fortalecer los marcos legales para tipificar y sancionar
los delitos cibernéticos.
El gobierno panameño está adoptando medidas para garantizar un entorno
digital seguro, abierto y resiliente, reforzando la idea de que la
ciberseguridad es una responsabilidad compartida.
El futuro de la
ciberdefensa
Las nuevas tecnologías están desempeñando un papel clave en la
identificación y prevención de ciberataques antes de que escalen:
- Inteligencia
Artificial (IA) y Aprendizaje Automático: Detectan patrones sospechosos en tiempo real,
mejorando la respuesta ante amenazas.
- Arquitectura
de Confianza Cero: Verifica
continuamente todas las solicitudes de acceso, reduciendo
significativamente el riesgo de intrusiones no autorizadas.
- Tecnología
Blockchain: Un
libro de contabilidad digital descentralizado e inalterable que añade una
capa extra de seguridad, especialmente en logística y operaciones de la
cadena de suministro.
A medida que los dispositivos IoT se vuelven más comunes, también aumenta el
riesgo de ataques dirigidos a sistemas interconectados. La autenticación
robusta y el cifrado de datos serán esenciales para proteger estos dispositivos
de posibles amenazas.
Resiliencia
Cibernética
Para la industria marítima—y el comercio global en su conjunto—la
ciberseguridad ya no es opcional. Se necesita una estrategia integral que
combine tecnología avanzada, cumplimiento de estándares internacionales y
cooperación global.
La Estrategia Nacional de Ciberseguridad de Panamá, liderada por la
Autoridad Nacional para la Innovación Gubernamental (AIG), se basa en cuatro
pilares fundamentales:
- Proteger la privacidad y los
derechos digitales
- Tipificar y sancionar los
delitos cibernéticos
- Asegurar y fortalecer la
infraestructura crítica
- Fomentar una cultura nacional
de concienciación en ciberseguridad
En un mundo cada vez más interconectado, la ciberseguridad no es solo una
cuestión de TI—es una necesidad empresarial y una prioridad nacional.
Anticiparse a las amenazas requiere más que actualizaciones tecnológicas, exige
un cambio de mentalidad, asegurando que la seguridad esté integrada en cada
aspecto de las operaciones digitales.
Al tomar medidas proactivas hoy, empresas y gobiernos pueden construir un
futuro digital adecuadamente defendido, donde la seguridad no sea solo una
respuesta a las amenazas, sino una piedra de toque de nuestra forma de operar.
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