Harina de Pescado Panameña: Del Pacífico a los Mercados Globales
Por: Yelina Pérez Sánchez
Especial para la
Revista Viento y Marea
Panamá, un país con
innegable tradición marítima, se ha posicionado como un jugador clave en la
producción y exportación de un recurso esencial pero a menudo subestimado: la
harina de pescado, un producto vital para la alimentación animal.
Un producto nacional
La producción de harina de pescado en Panamá
comienza en el Pacífico, donde los barcos pesqueros, enfocados principalmente
en la captura de especies pelágicas pequeñas como la anchoveta y la sardina,
descargan sus valiosas capturas en los puertos. Luego el pescado es sometido a
un proceso de cocción, prensado, secado y molienda, resultando en un polvo
marrón, de aroma penetrante, rico en proteínas y ácidos grasos como el Omega-3;
nutrientes esenciales para el crecimiento y desarrollo de los animales domésticos o de corral.
Sin embargo, debido a su composición, la harina
de pescado puede representar riesgos de combustión espontánea si no se maneja
correctamente. Para garantizar su seguridad en el transporte, Panamá ha
implementado medidas estrictas a través de la Resolución J.D. N°
027-2024, de la Autoridad
Marítima de Panamá (AMP), publicada en la Gaceta Oficial de 30 de agosto de
2024. Esta normativa clasifica la harina de pescado estabilizada como mercancía
peligrosa bajo el Código Marítimo Internacional de Mercancías Peligrosas (Código
IMDG) ONU 2216, clase 9.
Según Volney Guinard, secretario general
de la AMP, esta resolución es un modelo de éxito que garantiza el manejo seguro en la exportación de harina de pescado. "Con esta
normativa, Panamá se posiciona a la par de los países desarrollados que operan
bajo los más altos estándares de seguridad", destacó Guinard.
Cada embarque de
harina de pescado que sea exportado desde cualquier lugar del mundo, requiere
que una autoridad reconocida emita un certificado indicando que el embarque
realizado está cumpliendo con los requisitos establecidos en la normativa 2216.
Todo bajo control
Tras su procesamiento, la harina de pescado es
transportada por vía terrestre hacia los puertos de Panamá y Colón, donde se carga en contenedores
especiales. Para minimizar riesgos ambientales y garantizar un manejo seguro,
la AMP, en conjunto
con la Autoridad de los Recursos
Acuáticos de Panamá (ARAP), el Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC)
de la Contraloría General de la República y el Ministerio de
Comercio e Industrias (MICI), evaluó el alcance integral del
proyecto, lo que ha permitido implementar un marco regulador con sanciones de B/.
2,500 a B/. 10,000 para quienes incumplan las normativas.
Actualmente, siete líneas navieras
son responsables del transporte de harina de pescado desde Panamá, en
cumplimiento con las regulaciones del Código IMDG, gracias a esta
legislación. "Cada embarcación debe garantizar que cada carga
cuente con un certificado de pre-embarque, emitido por organismos de inspección
acreditados por el MICI", explicó Guinard.
Panamá exporta
El secretario general de la AMP explica la repercusión de este negocio en la economía
nacional. “Gracias a la normativa
vigente, Panamá ha fortalecido su industria exportadora de harina de pescado. Las
empresas dedicadas a esta actividad—Promarina, S.A. y Procesadora
Bayano S.A. (Probasa)— han implementado procesos de producción
rigurosos que garantizan productos de alta calidad”.
El principal destino de la harina de pescado
panameña es China, pero
también se exporta a Alemania, Dinamarca, Polonia, Venezuela, Estados
Unidos, Canadá, Cuba, Chile y España. En 2019, Panamá alcanzó
un récord de 25,942 toneladas métricas exportadas, consolidándose como un líder en la región. Solo en el primer
trimestre de 2024, ya se habían exportado más de 2,100 toneladas
métricas.
Esta industria tiene un impacto significativo en
la economía panameña. Para el segundo trimestre de 2024, la harina de pescado se posicionó como el quinto
producto más exportado del país, generando ingresos superiores a B/. 3.5 millones, de acuerdo a los
datos estadísticos del INEC.
A pesar de su crecimiento, la industria enfrenta retos como la pesca ilegal y el cambio climático. La pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR) amenaza la sostenibilidad de los recursos marinos, mientras que la acidificación de los océanos afecta la disponibilidad de las especies utilizadas para su producción.
Para enfrentar estos desafíos, Panamá apuesta por
tecnologías avanzadas de monitoreo, certificaciones de sostenibilidad y
cooperación internacional.
Estas estrategias buscan asegurar un desarrollo sostenible y garantizar que el
país siga siendo un actor clave en el comercio global de harina de pescado.
Gracias a su enfoque en regulaciones y seguridad,
Panamá se ha convertido en un socio confiable en la exportación de
harina de pescado, contribuyendo tanto a la economía nacional como a
la seguridad alimentaria global.
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